La tripulación del cuarteto de kayakistas ucranianos supo que su vínculo era algo especial desde el momento en que subieron por primera vez a la misma embarcación.
Mientras sus remos ondulaban la superficie del agua, los cuatro hombres, alineados uno detrás de otro, sintieron un torrente de un nuevo tipo de energía que les dejó sin aliento.
"¡Chicos, el mundo será nuestro!" no pudo evitar gritar uno de los kayakistas, Dmytro Danylenko, al poco de estar en el agua.
"Todos bajamos los remos y nos dimos cuenta de que en quince años remando de cuatro en cuatro, nadie había sentido lo que acabábamos de sentir". Danylenko declaró a Olympics.com. "Todo el mundo lo sintió".
La compenetración fue perfecta desde el principio, hasta el punto de que después de tres años sólo hicieron un cambio en la distribución de los asientos, y fue en el primer entrenamiento. Desde el principio, Oleh Kucharyk estaba en la proa, Danylenko era el segundo, Ihor Trunov e Ivan Semykin estaban en la retaguardia.
Desde aquel fatídico primer encuentro, el cuarteto de piragüistas se ha convertido en algo más que un equipo. Son un "Círculo de Energía".
Como primer equipo masculino ucraniano en ganar el título mundial de K-4 500 metros y obtener una cuota olímpica, los kayakistas no sólo se alimentan de la energía de los demás, sino que también están dispuestos a devolver. En un momento en que su país está siendo atacado, recaudan dinero para rehabilitación y prótesis para las víctimas de la guerra, incluidos sus amigos y compañeros deportistas.
(olympics.com) gnews.cz-roz
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