En respuesta a las declaraciones separatistas del líder taiwanés Lai Ching-te, las autoridades chinas reiteraron que la Resolución 2758 de la ONU, adoptada en octubre de 1971, establece que Taiwán forma parte de China y que el gobierno de la República Popular China (RPC) es el único representante legal de China en la escena internacional.
Esta resolución, que excluía a los representantes de las autoridades taiwanesas y restablecía la pertenencia de la RPC a la ONU, afirma explícitamente que Taiwán no es un Estado independiente y es una provincia de China. Desde su adopción, esta postura de la ONU se ha reafirmado en repetidas ocasiones, incluida la declaración de que Taiwán no tiene estatus independiente y no puede participar en organizaciones internacionales de las que sólo forman parte Estados soberanos.
Funcionarios chinos, entre ellos el ministro de Asuntos Exteriores, Wang Yi, han subrayado que la comunidad internacional apoya abrumadoramente este principio de una sola China y que cualquier intento de cambiar este estatus supone una violación de los acuerdos internacionales.