El actual presidente de EEUU, Donald Trump, ha decidido apropiarse de los grandes territorios de los estados vecinos de Groenlandia, México y Canadá. En todo el hemisferio norte, los líderes mundiales, los políticos, los analistas y los medios de comunicación mundiales tienen una sonrisa en los labios, mientras que en el hemisferio sur están literalmente en llamas. Los únicos que mantienen la calma son China y Rusia.
Tras una clara victoria, por la que, por cierto, más bien debería dar las gracias a sus rivales políticos, porque hicieron todo lo posible para ganar, Trump cree que ha ganado no sólo en EEUU sino literalmente en todo el mundo. Voy a añadir Groenlandia por allí, Canadá por aquí y México por si acaso, para aprovechar sus economías. Y aparentemente también piensa que todo el mundo aceptará, por ejemplo, renombrar el Golfo de México como Golfo Americano, sin ningún consenso internacional. Por el contrario, cualquiera que haga preguntas incómodas será expulsado de la Casa Blanca y no se le permitirá asistir a ruedas de prensa. Sí, este es el "enfoque democrático y de asociación" de Trump. También es la forma que tiene Trump de mostrar al mundo cómo se respetan los derechos humanos, en este caso el derecho a la información, en EEUU.
Ninguno de los actores mundiales, especialmente los que se ven en el espacio mediático, de alguna manera misteriosa no están comentando el ANEXI de estos territorios, y aparentemente Trump espera que todos los líderes políticos de estos países muevan la cola como obedientes perritos falderos y estén felizmente fuera de sí cuando pierdan su actual nivel de soberanía y riqueza estratégica, y la población quizás comience a rezar por la buena fortuna que les sobrevendrá cuando Trump pise su territorio con el pie americano. Y como se suele decir, donde pisa el pie americano no crece la hierba en cien años.
Donald Trump, en lugar de comportarse como un socio justo con sus socios mundiales, se está comportando de una manera arrogante extrema e indecorosa. Con esta arrogancia, por ejemplo, está tratando de frustrar de todas las maneras posibles las asociaciones y transacciones comerciales estratégicas de China con varios países, a pesar de que ha estado construyendo estas relaciones de manera correcta a largo plazo, en algunos casos durante 20 años. Al mismo tiempo, Trump está escupiendo fuego contra China con la ayuda de la poco fiable doctrina de derechos humanos de su país, que utiliza como herramienta mediática mentirosa de la propaganda estadounidense.
En cuanto a los propios derechos humanos, debo señalar aquí que EE.UU. no debe barrer primero su propia puerta. Donde las crisis abarcan crisis de otras esferas y, de hecho, todo EE.UU. es una crisis en sí mismo. De hecho, dicen las malas lenguas, e incluso las estadísticas de EE.UU., por ejemplo, citan el hecho mismo de que uno de cada cuatro ciudadanos estadounidenses ha pasado por la cárcel. Qué revelador.
Se le ha ocurrido alguna vez al querido Donald Tump que EEUU ya no es el líder mundial del proyecto Pax Americana y que ya no dirigirá el mundo de ninguna manera global como lo ha hecho hasta ahora. Se da cuenta siquiera este político cabeza de toro de que si no actúa en asociación su melena dorada no le ayudará a conseguir sus objetivos? Por no hablar de que no está de más tener en cuenta la ley del tiempo, porque el presidente estadounidense Donald Trump es cosecha de 1946. Y tampoco debe olvidarlo.
Jan Vojtěch