El invierno es una época difícil no sólo para las personas, sino también para los animales de compañía. Las bajas temperaturas, la nieve y el acortamiento de los días aumentan las exigencias en el cuidado de perros y gatos, que pueden llegar a sentirse incómodos con facilidad. La hipotermia, las heridas en las patas o una ingesta inadecuada de nutrientes pueden causar graves problemas de salud a los animales. Sin embargo, muchos de estos riesgos pueden minimizarse con los cuidados y la preparación adecuados.
Tanto para los perros como para los gatos, su reacción al frío depende de su edad, su estado de salud y las condiciones en que viven. Mientras que algunas razas de perros o gatos acostumbrados al aire libre toleran mejor el frío, otras mascotas requieren una protección extra contra el frío. Siempre es más fácil prevenir que curar, por lo que es importante prestar atención a las siguientes pautas.
Gato: ¿mascota o aventurero al aire libre?
El cuidado de los gatos durante el invierno debe tener en cuenta su estilo de vida. Los gatos acostumbrados al calor del hogar, así como los gatitos y los perros mayores, deben pasar el invierno exclusivamente en un entorno donde estén abrigados y protegidos del frío. Asegúrese de que su guarida no esté en un lugar que dé a una ventana o puerta, ya que las corrientes de aire pueden provocar inflamaciones respiratorias o de las vías urinarias en los animales más sensibles, sobre todo si tienen el sistema inmunitario debilitado o el pelaje escaso. Si su gato sale de vez en cuando, reduzca su estancia al mínimo. "Cuando llegues a casa, no olvides limpiarle las patas antes de esparcir sal. Así evitarás que se le agrieten las almohadillas o que ingiera sal durante la limpieza," notas Denis Klingerdirector de PetExpert.
Un lugar seguro para dormir es esencial para los gatos de exterior. Prepare conejeras, por ejemplo, aisladas con poliestireno y forradas con heno, y colóquelas en lugares tranquilos y familiares. Esto facilitará que los gatos sobrevivan a la estación fría. Si hay heladas fuertes, déles acceso al calor, por ejemplo a través de una gatera.
Cuidar a los perros en invierno
Al igual que con los gatos, debes adaptar los cuidados de tus perros a sus necesidades actuales. Los perros de pelo corto, los mayores o los que sufren artritis agradecerán ropa de abrigo en los paseos. Les protegerá del frío. Pero compruebe siempre que se mantiene seca durante el paseo. La ropa mojada puede aumentar el riesgo de hipotermia. Después de cada paseo, presta atención a las patas de tu perro: lávalas con agua tibia para eliminar las salpicaduras de sal, o trátalas con un bálsamo para evitar que se agrieten.
Las almohadillas térmicas, que a veces compran los dueños para sus perros, pueden ser útiles en casa, pero no solucionan una posible hipotermia durante un paseo. Un perro nunca debe pasar directamente de un entorno exterior frío a una almohadilla térmica, porque una diferencia de temperatura tan grande puede provocar un choque térmico. Asegúrese también de que el perro no permanece quieto durante mucho tiempo después de una actividad física, como correr, mientras se le pasea. Un cuerpo calentado se enfriará rápidamente con el frío, lo que puede provocar un resfriado. Además, también existe el riesgo de dañar las patas, ya que permanecer mucho tiempo en la nieve puede hacer que se congelen.
Si su perro vive en el exterior, debe aislar su caseta adecuadamente. El espacio interior debe ser lo bastante grande para que el perro pueda darse la vuelta cómodamente, pero lo bastante compacto para retener el calor corporal con comodidad. Asegúrate de revisar el bebedero con regularidad para que no se congele.
Otros riesgos de la estación invernal
El principal problema que hay que evitar a toda costa es la hipotermia. Especialmente con los animales más delicados o los que viven al aire libre durante el invierno, hay que estar atento a los escalofríos; las orejas y extremidades frías son un indicador. Si el animal muestra signos de hipotermia importante, hay que calentarlo poco a poco y buscar ayuda veterinaria si el estado empeora. "Al igual que en verano, un perro encerrado en un coche durante mucho tiempo corre un gran peligro y pone en peligro su vida en invierno. La temperatura desciende rápidamente en el coche, pero también lo hace la cantidad de oxígeno disponible para respirar. Para el perro, el coche se convierte literalmente en un frigorífico con el paso del tiempo, evítelo," señala Klinger.
Los gatos y los perros deben evitar comer o lamer nieve, ya que puede causarles malestar estomacal. Los gatos también suelen intentar calentarse en los motores de los coches, lo que puede provocarles lesiones graves. A los perros, en cambio, les gusta bañarse en el agua, y el frío no detiene a algunos perros resistentes. Cuando pasees cerca de cursos de agua o estanques, es mejor que no sueltes a tu perro de la correa, no sea que se meta sin querer bajo el hielo. Además, los músculos se agarrotan muy rápidamente en el agua fría, por lo que el animal tendría problemas para llegar sano y salvo a tierra.
Comidas en invierno
Los gatos y perros que viven al aire libre durante el invierno necesitan una dieta más rica en energía para cubrir las mayores exigencias de su metabolismo. Aumente su ración de comida o añada un componente más graso. Se recomienda sobrealimentar a los animales en otoño para que acumulen las reservas de grasa necesarias. También es importante un suministro regular de agua fresca, ya que el agua helada y la nieve pueden provocar deshidratación o problemas estomacales. Por otra parte, los animales de compañía no necesitan alimentarse más porque sus niveles de actividad no cambian.
(para)/ gnews - RoZ
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