¿Tienes a alguien en tu círculo a quien consideras una personalidad carismática? Eche un buen vistazo a su alrededor. Quizá incluso mire en su pasado. ¿Ha encontrado a alguien? ¿Cómo describiría ese misterioso carisma? Me viene a la mente uno de mis colegas. Hombre alto, atleta - ex jugador de karate. Nunca iba a ningún sitio en silencio. Sus pasos resonaban en cualquier espacio y su voz sonaba como una fanfarria. Como un imán, atraía la atención de su entorno, y obviamente le hacía bien. Fascinaba con sus historias y sus planes audaces y atrevidos. Provocaba e inspiraba a seguirle.
El origen de la palabra carisma
Si buscas el significado de la palabra, encontrarás que carisma (derivado del griego "kharisma") expresa nobleza o bondad. El origen de la palabra se asocia con el apóstol Pablo y sus cartas escritas hacia el año 50 d.C.. En ellas aparece la palabra "carisma", que para Pablo significaba "don de la gracia de Dios", es decir, "don espiritual": el don de la oratoria, el atractivo personal especial y el encanto. Y así, como es habitual con los dones, su significado crece con el disfrute tanto del propietario como de la comunidad en general.
¿Es el carisma algo con lo que sólo han sido bendecidos unos pocos individuos, o todos recibimos carisma al nacer y lo perdemos en algún momento del camino?
El seductor atractivo del carisma
El sociólogo y economista alemán Max Weber (1864-1920) tomó la palabra "carisma" de la teología. Observó que la fuerza y el poder de un individuo no sólo proceden de su cargo o posición destacada, sino también de su personalidad, de su poder psicológico. Primero caracterizó el carisma como una cierta "cualidad mágica". En Wirtschaft und Gesellschaft (1925) afinó su formulación, especificando esta vez el carisma como un don del cuerpo y del espíritu, a saber, "un don espiritual excepcional". Se refería en particular a las capacidades emocionales y visionarias de los magos, chamanes y guerreros tribales, que en su opinión no estaban al alcance de todo el mundo.
¿Qué da forma a lo que llamamos "carisma"?
A lo largo del tiempo y de la investigación en torno al fenómeno del carisma, los investigadores han identificado varios rasgos que poseen las personas carismáticas. Los han dividido en características ligadas al aspecto físico del individuo (como la apariencia) y características psicológicas, es decir, las cualidades y habilidades del individuo y su efecto en otras personas. El carisma llegó a describirse como una especie de talento. Incluye la capacidad de expresar claramente deseos, necesidades, pensamientos e intenciones con una cantidad adecuada de emoción, entusiasmo y pasión por una causa como forma de ganar adeptos, una forma de influencia, persuasión y movilización para la acción. A menudo, su entorno percibe a estas personas como superhombres y héroes capaces de hacer lo imposible. Apelan a los deseos y anhelos de quienes les rodean. Suelen aparecer en situaciones de crisis y movilizan con su enfoque para lograr objetivos desafiantes. Pueden sacar a los demás del letargo de las dificultades, pueden apoyarles, aumentar su confianza en sí mismos o "poner en marcha" una fe decaída, vuelven a dar orden y sentido a las cosas y a los esfuerzos.
Tengo que admitir que admiro a los oradores seguros de sí mismos, a los pensadores intrépidos y a los narradores incisivos. Aunque la teatralidad y el exceso de dramatismo me ponen de los nervios. Cuando se trata de jefes o jefes, prefiero a los que tienen "jugo". Gravito hacia las personas abiertas y directas que no ocultan actitudes e ideas originales, una fuerte visión personal. Aprecio su sentido del humor, su postura firme, su aspecto cuidado, el contacto visual y una especie de magnetismo interior.
Sin embargo, también he aprendido a lo largo de mi carrera que muchas de las cualidades que hacen que me sienta atraído por una persona a primera vista se convierten en la razón por la que acabo decepcionado. Las grandes expectativas que tengo no suelen hacerse realidad, y también es fácil subestimar el hecho de que todo tiene su reverso.
Si ponemos nuestro poder, nuestras capacidades, nuestra libre elección y toma de decisiones completamente en manos de otro ser o institución (a menudo sin darnos cuenta) y confiamos sólo en ellos y en que nos cuiden, estamos jugando con nuestra propia libertad y poder.
Margarita MAYO, investigadora en el campo del liderazgo y el comportamiento organizativo, ha descubierto que buscamos protección y apoyo en líderes fuertes y carismáticos cuando experimentamos ansiedad e incertidumbre. Siempre que nos encontramos en dificultades, anhelamos que alguien nos "rescate" y nos ofrezca una solución sencilla, fácil e indolora. Quizá sea ésta la razón que nos lleva a buscar a quienes parecen tener una gran confianza en sí mismos y una gran decisión en determinadas circunstancias, o que simplemente nos hacen sentir un poco mejor y más seguros en una situación determinada.
El lado negativo de las personas carismáticas
La profunda percepción de las emociones humanas, la capacidad de despertar fácilmente la simpatía y "arrastrar a la multitud" pueden convertirse en una herramienta peligrosa. Esto es aún más aterrador cuando se trata de un hombre cuya confianza, encanto y otros puntos fuertes le han dado acceso a considerables recursos y el derecho a tomar decisiones sobre ellos. La historia de Adolf Hitler sigue viva: pasó rápidamente de ser un estudiante de arte rechazado a convertirse en el carismático y luego poderoso "líder" del pueblo alemán. Quería conquistar su "felicidad y sus derechos" a costa de otros pueblos y naciones..
Aún hoy, informes similares a los del carismático ex jefe de Volkswagen Martin Winterkorn, acusado de fraude, no son una excepción. En un esfuerzo por garantizar que las cifras de ventas de su empresa fueran lo más altas y rentables posible, este hombre prominente e infalible vendió millones de coches diésel de la VW, Daños, Audi a Asiento con un software modificado ilegalmente que permitía a los coches producir en las pruebas de emisiones una cantidad de contaminantes significativamente menor que en la vida real. Casos similares de malversación, evasión fiscal, falsificación de documentos o uso indebido de la información y el poder para enriquecimiento y beneficio personal han sacudido de vez en cuando el mundo de la política y los negocios.
Estas experiencias llevaron a reevaluar la importancia del encanto carismático en las personas. Se ha hecho evidente que, en algún momento, los individuos carismáticos quieren ganar a toda costa y están dispuestos a subordinar todos los medios posibles y disponibles a este objetivo. Dejan de preocuparse por el impacto de sus acciones en quienes les rodean y no les interesan las opiniones o actitudes de las personas que les siguen. No dialogan. Sus ambiciones, intenciones y visiones personales pasan a ser decisivas. Esta idea es la que ha llevado a psicólogos como Robert Hogan, Jonathan D. ¿Qué hace que las personas carismáticas encandilen a su entorno y cómo ocultan sus motivos puramente personales? La respuesta estaba precisamente en sus habilidades sociales altamente desarrolladas, en su capacidad para impresionar en los procesos de selección: las personas con mayores niveles de narcisismo aparecen inicialmente ante los demás como personas con confianza y carisma. Con el tiempo, sin embargo, su sentido de la superioridad y la legitimidad de sus pretensiones personales se hacen evidentes. No perciben sus errores y no están dispuestos ni son capaces de aprender de ellos. Martin Winterkorn, antiguo jefe del Grupo Volkswagen, era famoso por exigir un respeto extremo hacia su persona, por dejarse intimidar y por no tolerar los desacuerdos.
El talón de Aquiles de quienes están dotados de carisma, energía interior y atracción por los demás es la sana autorreflexión, que van perdiendo poco a poco, y con ella el grado de responsabilidad por el conjunto, la empatía y la compasión. Quizá para no malgastar su vida preocupándose por los demás y poder reclamar más victorias en su haber.
Seamos héroes cotidianos
Resulta que la mayoría de nuestros complicados problemas actuales ya no pueden resolverse siguiendo ciega y devotamente a un "héroe" de la multitud. Para hacer frente a todos los complejos retos de nuestro tiempo, se necesita una perspectiva más amplia y una auténtica colaboración de distintas fuerzas y talentos, al margen de obstáculos y dificultades. Necesitamos un mejor funcionamiento de la comunidad y menos estrellas excepcionales que brillen solas en el horizonte.
Y por eso es necesario convertirse en un "héroe cotidiano". El profesor Philip Zimbardo, uno de los psicólogos más respetados del mundo, propone este concepto. Sus investigaciones demuestran que no se nace héroe, hay que convertirse en uno. Y para ello, a menudo es necesario salir de nuestra zona de confort, dominar nuestros miedos. Para seguir nuestra visión en la vida, a menudo tenemos que ir en una dirección diferente a la que van los demás. ¿Es muy difícil y el resultado es incierto? Sí. Esa es la esencia de la fuerza personal y el heroísmo. Este don está dentro de cada uno de nosotros: descubrámoslo.
Este artículo ha sido publicado con la amable autorización de de la revista Sphere
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