"Sólo hay una palabra en el gran reloj del tiempo: Ahora.
Calle abajo Entonces va a llegar a la casa Nunca."
Miguel de Cervantes
"Oye, no puedo seguirte el ritmo." un saludo típico de una amiga mía: directiva de éxito, madre de dos adolescentes, una mujer que tiene prisa desde que nos conocimos. El estrés y las responsabilidades le pisan los talones. En cuanto se sienta, me abruma con un torrente de palabras. Habla de lo abrumador que es el trabajo, de cómo los niños grandes son una gran preocupación y de cómo ella y su marido apenas se ven durante la semana.
Muchas de las actividades que realizamos en la edad adulta están automatizadas. Cada mañana, cada día, tienden a ser las mismas. Durante mucho tiempo. No pensamos en lo que hacemos. Simplemente lo hacemos. Estamos acostumbrados. ¿Qué ha sido de nuestro entusiasmo, de nuestros sueños, de nuestros deseos? A veces caemos en la ilusión de que todo cambiará con el tiempo. Hasta .... hijos crecerán cuando tengamos más tiempo y más dinero, cuando estemos jubilados, cuando nos asciendan en el trabajo. Esperar a que AHRC es debilitante. Lo más probable es que nunca haya más tiempo. Hoy en día, el tiempo se mide igual para todos.
ENERGÍA VITAL o "¿Para qué conduzco?"
Mientras buscaba a los ladrones de mi paz interior, me surgió una pregunta. ¿Cómo te acostumbraste a trabajar con tu propia energía? ¿Te has planteado alguna vez con qué "combustible" estás funcionando? ¿Cómo es la gasolinera en la que te detienes cuando el depósito está vacío? ¿Qué es lo que te alimenta? ¿Tienes alguna forma probada de asegurarte el suministro de energía vital, de optimismo?
Mi otra droga es la "presión"
Solía planificar tantas tareas y actividades para cada día que incluso dos personas tendrían las manos ocupadas para hacerlo todo... Me sentía genial cuando lo tachaba todo por la noche. Y al día siguiente subía el listón... hasta que... hasta que el motor se paraba... Para entonces me había vuelto tan dependiente de mi idea de "supermujer" que podía hacer lo imposible en el acto que tuve que admitirme a mí misma que probablemente había algo que no funcionaba en mí. La idea de lo que podía hacer fue en algún momento tanto energizante... como una trampa.
Hoy me hago otra pregunta: ¿Hasta qué punto necesito estrés, presión, amenazas para poder dar espacio a las cosas que son esenciales e importantes para mí? Aunque sean nuevas. Al principio me siento inseguro, incómodo en ellas. Tengo la costumbre de anteponer los demás a mí mismo y el deber (el trabajo) a la diversión y la relajación. A menudo pospongo mis sueños y deseos durante algún tiempo (más bien "nunca"). Al mismo tiempo, soy consciente de que si no dejo que me quiten la alegría y la sustituyan totalmente por el deber, no tendré más remedio que morder la "manzana amarga". Es decir, aprender a priorizarme (cuando es importante y autopreservador), es decir, entrar en conflicto, negociar. También saco tiempo para "no hacer nada y perder el tiempo", tiempo para experimentar y perseguir mis sueños (secretos). Juego más y aprendo más (sobre todo de los niños). La vida es así. Odia la unilateralidad y las "aguas estancadas".
Un consejo bienintencionado: "Al menos 60 minutos al día para ti mismo"
Si no quiero volver a quemarme -y de verdad que no quiero-, necesito cuidar responsablemente mi energía y "recargar las pilas". Funciono como un teléfono móvil. Me entrego a mí mismo, a mi atención y a mi energía durante todo el día. Por ejemplo, cuando no disfrutas del trabajo, cuando tienes sobrepeso, cuando estás en una relación que te agota o cuando tienes un problema de salud, regalas aún más energía. Estás literalmente consumido. Por la noche, estás harto de todo. Te sientas frente al televisor y te quedas con la mirada perdida... ¿Qué puedes hacer?
7 recursos rápidos para restablecer la energía vital
- El ejercicio regular me ayuda a "sentirme feliz". Me da energía y fomenta la confianza en mí misma. Me muevo todos los días para mantener mi cuerpo y mi mente en forma. 20-30 minutos son suficientes.
- Tomo verdura y fruta antes de cada comida y me atengo al principio de "comer hasta medio saturarse".
- Estoy aprendiendo a quererme en todo momento. Soy amable conmigo misma y cuando las cosas no salen como espero (o como esperan los demás) me perdono. Al fin y al cabo, tengo otra oportunidad. Estoy aprendiendo a moderar mis exigencias, a menudo desorbitadas...
- Estoy respirando (literalmente). Llevo todo el día tenso como una cuerda, así que cada vez es más importante liberar la tensión acumulada en mi cuerpo. Llevo mi atención hacia mí, mi cuerpo, mis pensamientos, mis sentimientos... Me detengo. Dejo que todo fluya libremente. Observo. Me sintonizo de esta manera varias veces al día.
- Visualizar las imágenes que proyectamos "en el cine" de nuestra mente. Estas películas añaden o drenan energía. Yo tengo mi propia colección de imágenes positivas, experiencias que "reproduzco" siempre que las necesito. Tengo imágenes de metas que quiero alcanzar, sueños que quiero vivir. Puedes empezar por crear un collage de imágenes que te aporten energía.
- Tengo un "cajón mágico". Cuando estoy deprimida, tengo un cajón mágico. Es lo que me da energía. En él meto símbolos de mis logros, premios que he recibido de clientes, amigos y familiares. Cualquier cosa que me haya animado o emocionado... Es mi fuente de inspiración (no sólo cuando estoy en mi peor momento...).
- Escucho música y bailo. La música tiene poderes mágicos. ¿Te has dado cuenta? Puede cambiar tu estado de ánimo en un instante. Bailar relaja. Cada vez les doy más espacio en mi vida.
El futuro no es nuestro. Sólo tenemos el día de hoy para nosotros y quién sabe cómo será el día siguiente. Y puede que no haya mañana. Si quieres mejorar o tener algo diferente en tu vida, la oportunidad es ahora mismo.
Más inspiración en www.alenajachimova.com
Este artículo ha sido publicado con la amable autorización de de la revista Sphere
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