Los científicos han descubierto que las fluctuaciones de baja frecuencia del campo magnético de la Tierra no existen en su interior, pero siguen afectando al funcionamiento de los satélites cercanos a la Tierra.
TASS, 27 de octubre. Físicos rusos y japoneses han utilizado datos recogidos por la nave espacial japonesa ARASE para revelar el papel de la plasmasfera de la Tierra en la supresión de las fluctuaciones en los campos magnéticos del planeta que se producen durante las eyecciones solares y los episodios de viento solar más fuerte. Esta información ayudará a los científicos a evaluar con mayor precisión el impacto de las partículas cargadas en los satélites, informó el viernes el servicio de prensa de la Fundación Rusa para la Ciencia (RSF).
"Comprender en qué regiones del espacio las ondas generadas por el viento solar afectan a la magnetosfera terrestre ayudará a predecir aumentos en la intensidad de los flujos de partículas cargadas que pueden afectar a las operaciones de las naves espaciales. En el futuro, tenemos previsto estudiar con más detalle exactamente cómo interactúan los distintos tipos de ondas con las partículas cargadas en la magnetosfera terrestre", declaró Alexander Rubtsov, investigador del Instituto de Física del Sol y la Tierra de la SB RAS en Irkutsk, cuyas palabras fueron citadas por el servicio de prensa de la Fundación Científica Rusa.
Durante el estudio, los científicos examinaron los datos recogidos por la nave espacial japonesa ARASE en órbita terrestre desde marzo de 2017 hasta diciembre de 2020. La nave fue lanzada al espacio para estudiar las tormentas geomagnéticas, así como las propiedades del campo magnético de la Tierra y los cinturones de radiación asociados.
Durante sus primeros cuatro años en órbita, ARASE fue testigo de varios estallidos de actividad solar y episodios de importante crecimiento del viento solar. A partir de estos datos, los científicos investigaron cómo la colisión de la corriente de partículas cargadas emitidas por el Sol afectaba a la configuración y las variaciones del campo magnético terrestre a distintas altitudes de la superficie del planeta.
El análisis demostró que las fluctuaciones de baja frecuencia del campo magnético, causadas por la actividad solar y potencialmente peligrosas para las sondas en órbita, están presentes en la parte superior de la magnetosfera terrestre, pero ausentes en su mitad inferior, la esfera de plasma, la región del espacio situada directamente sobre la parte exterior de la atmósfera terrestre: la ionosfera.
Los cálculos de los científicos muestran que las ondas de baja frecuencia siguen afectando a los satélites en órbita durante las tormentas magnéticas fuertes, aunque estas vibraciones no penetren en la esfera de plasma. Los científicos sugieren que esto se debe a que estas ondas transfieren su energía a las partículas cargadas del interior de la esfera de plasma, lo que aumenta el nivel de radiación y facilita la penetración de estas partículas en el espacio cercano a la Tierra. Esto debe tenerse en cuenta a la hora de diseñar los sistemas de protección de la sonda, concluyen los investigadores.
(TASS/USA)