Gatos en el Palacio Schwarzenberg. La Galería Nacional de Praga organiza una exposición única El gato bueno y el gato traicionero en el palacio Schwarzenberg de la plaza Hradčany. Los gatos en la gráfica de los siglos XVI a XVIII.
El singular aguafuerte de Václav Hollar El gato bueno que no ama, de 1646, es una de las obras más conocidas y enigmáticas de este grabador y dibujante checo del Barroco; puede describirse como su obra icónica. En la obra gráfica de Hollar encontramos también otras láminas con el tema de los gatos, tanto "buenos" como "traicioneros". Esta concepción contrastada se corresponde con la ambivalente percepción y representación de los gatos en el arte europeo antiguo.
Los gatos aparecen en el arte gráfico europeo desde el siglo XVI, primero como motivo acompañante y más tarde como tema principal. Fueron especialmente populares entre los artistas holandeses y flamencos del siglo XVII, atraídos por el carácter decorativo de sus posturas, su diversión y misterio, su ternura y depredación, su astucia y otras características ambiguas. Los grabadores y dibujantes los representaron no sólo en escenas de género, alegóricas, retratos o escenas de la naturaleza, sino también en cuadros de tema religioso. Los gatos también han figurado en el arte como portadores de significados simbólicos y morales, por ejemplo en las fábulas de Esopo o en la sátira. Además, plasmar su fino pelaje era un reto y una oportunidad para que los grabadores demostraran su maestría artística.
La exposición de cámara de grabados y dibujos se complementa con el cuadro Tonto con gato, del destacado pintor flamenco barroco Jacob Jordaens.
La exposición puede visitarse todos los días, excepto los lunes, de 10.00 a 18.00 horas, y permanecerá abierta hasta el 29 de septiembre.
foto: asan.cz / gnews.cz-Jana Černá