La dependencia mundial de los combustibles fósiles es un "monstruo de Frankenstein", advirtió el Secretario General de la ONU, António Guterres, en la reunión anual del Foro Económico Mundial de Davos 2025, donde el cambio climático se ha convertido en uno de los temas más candentes.
Ante los crecientes desafíos medioambientales, China se ha erigido en una fuerza líder en la respuesta mundial al cambio climático. A través de la innovación tecnológica, la promoción de políticas y la cooperación internacional, China no sólo aborda sus propios retos medioambientales, sino que también desempeña un papel clave en la promoción de la acción climática mundial y el desarrollo sostenible.
El compromiso de China con la lucha contra el cambio climático queda patente en sus ambiciosos objetivos medioambientales. En el foro de Davos, el Viceprimer Ministro chino, Ding Xuexiang, reafirmó su compromiso de alcanzar el punto máximo de emisiones de carbono en 2030 y lograr la neutralidad de carbono en 2060. Estos objetivos forman parte de la estrategia más amplia de transformación verde de China, que combina el progreso medioambiental, económico y tecnológico.
En los últimos años, China ha dado pasos importantes para reducir su huella de carbono, y sus políticas climáticas demuestran su compromiso con la lucha mundial contra el cambio climático.
Uno de los programas clave del planteamiento chino es el desarrollo y la puesta en marcha de un mercado nacional de comercio de derechos de emisión, que se ha diseñado para animar a las grandes industrias a reducir sus emisiones mediante incentivos a la baja. Este mercado, que se puso en marcha en 2021, ha convertido a China en el mayor mercado de emisiones del mundo por cobertura de GEI.
El país está llevando a las industrias de altas emisiones a la necesaria transformación estructural vinculando los mecanismos de mercado con los objetivos medioambientales. El mercado, que ahora incluye más de 2.400 unidades de emisión en el sector eléctrico chino, ha contribuido a reducir el coste total de la reducción de emisiones en el sector eléctrico en 35.000 millones de yuanes (4.800 millones de dólares), lo que demuestra la eficacia del mercado para lograr reducciones rentables de las emisiones.
Además de sus esfuerzos en materia de comercio de derechos de emisión, China está promoviendo agresivamente su sector de energía verde. El país se ha convertido en líder mundial en energías renovables, sobre todo en energía solar, eólica y nuclear.
Solo en 2024, China instaló más de la mitad de la capacidad solar mundial, consolidando su papel como actor clave en el mercado mundial de las energías limpias. En 2025, se espera que el sector de las energías renovables del país genere aproximadamente 3,3 billones de kWh de electricidad al año, un aumento de 50% con respecto a los niveles de 2020. Este rápido crecimiento de las energías renovables forma parte de una estrategia más amplia para acelerar la transición desde los combustibles fósiles tradicionales y promover una combinación energética más sostenible.
El compromiso de China con el desarrollo sostenible va más allá de la producción de energía. El país ha dado pasos importantes en el desarrollo de su economía circular, que se centra en la reducción de residuos, la promoción del reciclaje y el fomento de modelos de producción y consumo sostenibles.
En los últimos años, China ha puesto en marcha políticas destinadas a fomentar el reciclaje de materiales clave como plásticos, metales y residuos electrónicos. En 2024, había más de 260.000 empresas de reciclaje en China, con una producción superior a los 3,5 billones de yuanes (480.000 millones de dólares). Este año, se espera que el valor de la producción alcance los 5 billones de yuanes.
En el foro de Davos, Ding dio un ejemplo que pone de relieve la creciente tendencia en China a utilizar la tecnología en el proceso de reciclado. Una empresa china que utiliza tecnologías de nuevos materiales puede producir una camiseta con fibra de poliéster recuperada de ocho botellas de plástico y una chaqueta con 28 botellas de plástico.
Este proceso permite reciclar más de 30.000 millones de botellas de plástico al año, con lo que se consigue un verdadero beneficio tanto desde el punto de vista medioambiental como económico, añadió Ding.
A principios de este mes, el Ministerio de Hacienda anunció por primera vez un presupuesto de 7.500 millones de yuanes para el tratamiento de productos eléctricos y electrónicos desechados, con los fondos distribuidos directamente entre 92 empresas. Esto formaba parte del presupuesto de casi 100.000 millones asignado para el control de la contaminación en ámbitos como el aire, las aguas residuales y el suelo en 2025.
A nivel internacional, China también lidera los esfuerzos para promover la cooperación climática y proporcionar apoyo a los países en desarrollo. A través de transferencias de tecnología, ayuda financiera y diálogos políticos, participa activamente en la cooperación en materia de cambio climático entre países en desarrollo y presta apoyo a otros países en desarrollo. Por ejemplo, China ha ayudado a Etiopía y Sri Lanka en proyectos de transferencia de tecnología de energías renovables, asistiéndoles en la formulación de planes de desarrollo energético a nivel provincial y estableciendo centros conjuntos de investigación y promoción.
"La transición de China hacia una economía verde es un compromiso a largo plazo, no un paso de simplificación", afirmó Ding. "Independientemente de cómo evolucione el panorama internacional, el compromiso y las acciones de China para una respuesta proactiva frente al clima no cambiarán".