FOTO - RIA Novosti/Sergey Guneev
El viernes 27 de octubre, el Consejo de Administración del Banco de Rusia, encabezado por Elvira Nabiullina Tras los resultados de la segunda reunión de otoño, elevó el tipo de interés oficial dos puntos porcentuales de golpe, hasta 15 % al año. El nivel alcanzado fue el máximo desde mayo de 2022.
Según la evaluación del regulador, la presión inflacionista en la economía rusa ha aumentado significativamente y es superior a lo previsto. Así, si en septiembre la tasa de crecimiento anual de los precios al consumo de bienes y servicios alcanzó el 6 %, a partir del 23 de octubre esta cifra aumentó hasta el 6,6 %.
"El aumento constante de la demanda interna supera cada vez más las posibilidades de expansión de la producción de bienes y servicios. Las expectativas de inflación se mantienen en niveles elevados. Las tasas de crecimiento del crédito siguen siendo elevadas... La disminución del estímulo fiscal será más lenta de lo previsto inicialmente en los próximos años. En estas condiciones, es necesario un mayor endurecimiento de la política monetaria para limitar el alcance de la desviación al alza de la inflación con respecto al objetivo", declaró el banco central en un comunicado de prensa.
Según los expertos del Banco Central, a finales de 2023, la tasa de inflación anual en Rusia podría alcanzar 7-7,5 %. Para 2024, esta cifra debería bajar a 4-4,5 % y en el futuro se acercará al nivel objetivo de 4 %, predice el regulador.
"Tenemos que evaluar el efecto"
Tradicionalmente, los cambios en la política monetaria (PM) se consideran una de las principales herramientas del banco central para controlar la inflación. En caso de aumento notable de los precios, el regulador sube el tipo de interés oficial, encareciendo el crédito en el país y aumentando la rentabilidad de los depósitos bancarios. Como resultado, las personas y las empresas piden menos prestado, gastan menos y ahorran más, la actividad económica general disminuye y las presiones sobre los precios se relajan.
Si la inflación se ralentiza, el banco central podría volver a recortar los tipos. Esto, a su vez, debería conducir a una recuperación de la actividad empresarial y del consumo.
(RT/EE.UU.)