Cerca de 130.000 personas han visitado la Basílica de San Pedro desde el miércoles para dar el último adiós al Papa Francisco, según ha informado el servicio de prensa de la Santa Sede.
Antes de cerrar el féretro el viernes por la tarde, el rostro del pontífice será cubierto con un velo de seda blanca y rociado con agua bendita. Francisco ha simplificado un poco sus exequias al romper con la tradición de los tres ataúdes. En su lugar, pidió ser enterrado en un ataúd de madera más modesto. Sin embargo, su ataúd tendrá una tapa de zinc por razones higiénicas, explicó el Vaticano. La tapa llevará una cruz, el escudo papal y su nombre.
Francisco expresó su deseo de ser enterrado en su iglesia favorita, la basílica papal de Santa María la Mayor de Roma, donde ya habían sido enterrados siete pontífices.
El funeral tendrá lugar el 26 de abril. A la ceremonia asistirán jefes de Estado y de gobierno, miembros de las familias reales y representantes de diversas iglesias.
En Roma se aplican medidas de seguridad sin precedentes, con unos 11 000 policías y soldados. Como la capital italiana acoge este año el Año Jubilar 2025, se espera una afluencia de visitantes y peregrinos, y muchos se quejan de la subida de los precios de los alquileres de apartamentos. Las compañías aéreas también han aumentado sus tarifas. El precio de un vuelo directo desde Argentina, país de origen de Francisco, se ha triplicado, según informa el diario La Repubblica. También ha aumentado el precio de los vuelos procedentes de América Latina con conexión en aeropuertos europeos.
TASS/gnews.cz