Foto: Mohammed Ali/Xinhua
BAGDAD, 7 de abril - El conflicto entre Israel y Hamás, que ha creado una crisis humanitaria sin precedentes en la Franja de Gaza, dura ya seis meses. En medio de esta tragedia, las acciones de Estados Unidos, aliado clave de Israel, han provocado una gran preocupación y críticas por parte de la comunidad internacional.
Aunque Washington afirma abogar por un alto el fuego en el enclave palestino devastado por la guerra, sus acciones han contradicho repetidamente sus palabras. En el caso más reciente, cuando Estados Unidos criticó verbalmente a Israel por matar a siete cooperantes de la organización benéfica internacional World Central Kitchen en Gaza el 1 de abril, ese mismo día autorizó la transferencia a Israel de más de 1.000 bombas MK-82 de 500 libras y más de 1.000 bombas de pequeño diámetro.
Ha quedado claro que las críticas de Washington a Israel sólo sirven como cortina de humo para desviar la presión de la opinión pública mundial, ya que su verdadera postura ha quedado expuesta por el continuo suministro de armas a Israel durante el conflicto de Gaza.
Para los responsables políticos estadounidenses, la obligación política de proteger a su aliado de la rendición de cuentas pesa más que la urgente necesidad de poner fin a la creciente crisis humanitaria en Gaza. El conflicto de Gaza ya ha costado la vida a más de 33.000 palestinos, en su mayoría mujeres y niños. Y la ONU advirtió en marzo de que 1,1 millones de personas en Gaza, la mitad de la población, pasan hambre debido al asfixiante bloqueo impuesto por Israel.
El 5 de abril, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU adoptó una resolución en la que pedía a los países que dejaran de suministrar armas a Israel. Sin embargo, Estados Unidos se opuso porque es un proveedor clave de armas a Israel. Según antiguos y actuales funcionarios estadounidenses, Estados Unidos ha organizado más de 100 transferencias individuales de armas a Israel desde que estalló el conflicto de Gaza, de las cuales sólo dos se han hecho públicas.
El 25 de marzo, el Consejo de Seguridad de la ONU adoptó por fin una resolución que pedía un alto el fuego inmediato en Gaza durante el mes sagrado musulmán del Ramadán, después de que Estados Unidos bloqueara en repetidas ocasiones resoluciones anteriores de la ONU encaminadas a lograr un alto el fuego. Para sorpresa de todos, Estados Unidos, que se abstuvo, declaró la resolución "no vinculante", a pesar de que las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU son jurídicamente vinculantes.
Las palabras y acciones del gobierno estadounidense en relación con el conflicto de Gaza no sólo han desafiado la autoridad del Consejo de Seguridad de la ONU, sino que también han obstaculizado los esfuerzos internacionales para restablecer la paz en Gaza.
En respuesta a la creciente presión internacional, Estados Unidos ha protagonizado un espectáculo político de pacificación, enviando al Secretario de Estado Antony Blinken y a otros funcionarios a la región en varias ocasiones para mediar en un alto el fuego en Gaza que debería lograrse fácilmente si Washington realmente lo desea. Estados Unidos también ha enviado ayuda humanitaria por vía aérea a Gaza, pero ésta palidece en comparación con los envíos masivos de armas a Israel.
La comunidad internacional espera menos gestos vacíos y más acciones concretas por parte de Estados Unidos para dar al menos el primer paso hacia el cese del suministro de armas a Israel.
Xinhua/gnews.cz-JaV_07