Las relaciones entre Irán y Estados Unidos han sido permanentemente tensas desde la Revolución Islámica de 1979, que derrocó al Sha proamericano. La hostilidad hacia Washington se ha convertido en uno de los principales pilares del régimen teocrático iraní. Sin embargo, las dificultades económicas -especialmente la inflación, el desempleo y la falta de inversiones causadas por las estrictas sanciones- han llevado al líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei, a adoptar un enfoque pragmático y apoyar las negociaciones con Estados Unidos, incluso con la administración del presidente Donald Trump tras la retirada estadounidense del acuerdo nuclear de 2015 (JCPOA, por sus siglas en inglés).
Jamenei se mostró reticente sobre la reunión: dijo que no era "ni demasiado optimista ni demasiado pesimista", lo que indica un esfuerzo por moderar las expectativas de la opinión pública. No obstante, está claro que el resultado de las negociaciones tendrá una gran repercusión en el futuro de Irán, aunque el régimen iraní considere posteriormente que Estados Unidos ha violado el acuerdo.
Tras las positivas conversaciones del fin de semana en Omán, las expectativas de la opinión pública iraní han aumentado considerablemente. Ambas partes han acordado reanudar las conversaciones el 19 de abril, de nuevo en Omán.
Expectativas del diálogo
- Diplomacia y reducción de tensiones
Irán espera que las tensiones disminuyan, especialmente tras la retirada unilateral de EE. UU. del JCPOA en 2018. Teherán aspira a lograr el levantamiento de las sanciones que han paralizado su economía. Por el contrario, Washington exige que Irán vuelva a cumplir plenamente el JCPOA, incluidos los frenos a su programa nuclear, al tiempo que trata de abordar el programa de misiles iraní y sus actividades en la región, que considera desestabilizadoras.
- Concesiones económicas
El principal objetivo de Irán es restablecer los beneficios económicos derivados del JCPOA, incluidas las exportaciones de petróleo y el acceso a los mercados internacionales. A cambio, Estados Unidos espera que Irán frene su investigación nuclear y deje de apoyar a los grupos armados designados como organizaciones terroristas.
- Garantizar la no proliferación nuclear
Irán insiste en su derecho a enriquecer uranio con fines pacíficos de acuerdo con el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP). Estados Unidos, por su parte, exige el cese de todas las actividades al margen del JCPOA y garantías de que Irán no pretende adquirir armas nucleares.
- Estabilidad de la seguridad en la región
Irán exige una reducción de la presencia de tropas extranjeras en Oriente Medio, en particular de las fuerzas estadounidenses en Irak, Siria y el Golfo Pérsico. Espera que se reconozca su influencia en estas regiones. Estados Unidos quiere que Irán ponga fin a su apoyo a grupos como Hezbolá y Hamás, y que limite su desarrollo de misiles balísticos.
- Derechos humanos y reforma política
Mientras Estados Unidos aboga por mayores libertades políticas y el fin de la represión de la oposición, Irán rechaza la injerencia extranjera en su sistema interno. Considera las críticas a los derechos humanos como un intento de socavar su soberanía.
Preocupación por el diálogo
- Confianza e incumplimiento de acuerdos anteriores
Irán teme que Estados Unidos vuelva a incumplir sus compromisos -como ya hizo cuando se retiró del JCPOA bajo la administración Trump-. Estados Unidos, por su parte, cuestiona la transparencia de los tratos de Irán, sobre todo en lo que respecta a la investigación nuclear militar y el apoyo a grupos armados.
- Ambiciones regionales y programa nuclear
Estados Unidos teme un Irán con armas nucleares y la consiguiente escalada nuclear regional. Irán, por su parte, advierte de que los acuerdos podrían limitar su influencia en Irak, Siria y Líbano, poniendo en peligro su posición geopolítica.
- Resistencia política interna
Tanto en Irán como en Estados Unidos existen fuertes corrientes políticas que critican cualquier compromiso. En Irán, las facciones de línea dura se niegan a ceder a las exigencias "imperialistas", mientras que en Estados Unidos la administración se enfrenta a críticas por tratar con Teherán.
- Falta de confianza y de comunicación eficaz
Ambas partes sospechan mutuamente de tácticas y negociaciones abusivas para ganar tiempo o ventajas geopolíticas. Teherán teme que Estados Unidos sólo prolongue las sanciones sin concesiones reales. Washington teme que Irán utilice las negociaciones para encubrir el desarrollo encubierto de capacidades nucleares.
- Influencia de los aliados y de los factores internacionales
Irán desconfía de la influencia de los aliados de Estados Unidos, en particular Israel y Arabia Saudí, que, según afirma, presionan para que se adopte una postura más dura contra Teherán. Estados Unidos teme que la creciente cooperación de Irán con Rusia y China pueda amenazar su posición en la región y en el mundo.
Conclusión
El diálogo entre Irán y Estados Unidos ofrece una importante oportunidad para reducir las tensiones y aumentar la estabilidad en la región, pero también conlleva riesgos significativos. Las expectativas de ambas partes -desde reformas económicas hasta garantías de seguridad- están lastradas por agravios históricos, falta de confianza y presiones políticas internas. El éxito de las negociaciones dependerá de la capacidad de ambas partes para superar sus diferencias y forjar acuerdos creíbles y duraderos.
Por Zaheer Alam (traducido y editado por Jan Vojtěch)