El banco central ya ha empezado a bajar los tipos de interés. Para quienes necesitan financiar su vivienda y buscan hipotecas más baratas, es una buena noticia. Los bancos responderán a las bajadas de tipos y los tipos hipotecarios bajarán gradualmente debido a la competencia entre ellos.
La inflación había entrado por fin en la banda de tolerancia del Banco Nacional Checo y se acercaba al objetivo del 2% de inflación. Tras muchos meses problemáticos, este grave desequilibrio macroeconómico parece haber vuelto a la normalidad. Es una noticia positiva para la economía, ya que la depreciación de la moneda, los beneficios y el ahorro es uno de los mayores peligros para la economía.
El impuesto necesario para reducir la inflación es una suave desaceleración económica, sin la cual la inflación nunca ha bajado en la historia. Sin el uso de instrumentos monetarios, incluida la subida de los tipos de interés, la lucha contra la inflación sería desproporcionadamente más larga y dolorosa. Ahora es posible volver a centrarse en encarrilar la lucha contra la inflación.
El banco central ya ha empezado a recortar los tipos de interés. El más reciente, en su reunión de febrero, en 0,5 puntos porcentuales, hasta el 6,25 %. Es una buena noticia para quienes necesitan financiar su vivienda y buscan hipotecas más baratas. Los bancos responderán a las bajadas de tipos y los tipos hipotecarios bajarán gradualmente debido a la competencia entre ellos. De hecho, esto ya está ocurriendo.
Estoy convencido de que la popularidad de que goza la vivienda en propiedad entre los ciudadanos checos es una expresión de su deseo de controlar su propia vida, de proveer a su vejez, y que es una expresión de su responsabilidad hacia su propia vida y la de sus familias. El Estado no debe arrojar palos bajo los pies de los ciudadanos que quieren depender de sí mismos mediante regulaciones innecesarias. Al contrario, debería apoyarlos en la medida de lo posible.
Lo ideal, desde mi punto de vista, es que el Estado intente crear las condiciones para que el mayor número posible de personas pueda vivir en su propia casa. Al fin y al cabo, tener una vivienda propia es una parte importante de la previsión para la vejez, cuando los costes asociados al alquiler pueden suponer un golpe importante para los presupuestos de algunas personas mayores. Y tener una vivienda propia es el principal y mejor seguro contra las emergencias que pueden acaecer a cualquiera. El valor de la propiedad aumenta continuamente.
Por estas razones, la propiedad de la vivienda es uno de los principales temas sobre los que trabajo en la Cámara de Diputados desde hace mucho tiempo. A pesar de la tensa situación de las finanzas públicas, por ejemplo, conseguimos impulsar y luego defender el mantenimiento de las deducciones fiscales por intereses de préstamos hipotecarios, gracias a las cuales los ciudadanos pueden reducir su base imponible. También conseguimos presionar en el último periodo, lo que condujo a la supresión del impuesto sobre bienes inmuebles. El año pasado abogué por la supresión y flexibilización de ciertos indicadores crediticios que reducían la asequibilidad de las hipotecas, como el DSTI, que finalmente también fue suprimido por el Consejo del CBN y gracias a lo cual el mercado hipotecario empezó a recuperarse antes de que se redujeran los tipos.
Hace poco, la Cámara de los Comunes aprobó mis dos enmiendas que harán que la comisión por amortización anticipada se aplique sólo a los nuevos contratos o nuevas fijaciones. Es decir, no a los clientes que fijaron su hipoteca este año y el año pasado, cuando los tipos de interés estaban en su nivel más alto. El segundo cambio adoptado se refiere a la limitación del importe de la comisión. La comisión será de 0,25 % por cada año hasta el final de la fijación, hasta un máximo de 1 % frente a los 2 % propuestos inicialmente. Así, por ejemplo, dos años antes del final de la fijación será de 0,5 %. Pero contar con normas como ésta era un requisito indispensable para no acabar con la oferta de hipotecas fijas, que aportan cierta estabilidad a quienes financian su propia vivienda.
Todos estos son pasos que pretenden permitir que el mayor número posible de ciudadanos y familias consigan su propia vivienda y tomen las riendas de su vida. Me alegra ver que el mercado hipotecario está recibiendo un impulso a medida que bajan la inflación y los tipos de interés, y que la financiación de la vivienda será más asequible. Pero toda moneda tiene dos caras, la recuperación de la demanda de vivienda propia en un momento de oferta limitada repercutirá en los precios de los inmuebles. Ése es el principal reto para el Ministerio de Desarrollo Regional, que debería preocuparse más por ampliar la oferta que por ideas descabelladas para regular la oferta existente, lo que en realidad también es cierto para la vivienda de alquiler.
Seguiré trabajando para que así sea. Y que la administración no tire palos bajo los pies a los ciudadanos que quieren vivir en la suya.
blog Vojtěch Munzar - Diputado de la República Checa
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