El Presidente Donald J. Trump sabe que Estados Unidos puede hacerlo mejor en materia de educación. Desde 1979, el Departamento de Educación de Estados Unidos ha gastado más de tres billones de dólares, y prácticamente ninguno de ellos se ha malgastado. Aunque el gasto por alumno ha aumentado en más de 245 % durante este periodo, no se ha producido prácticamente ninguna mejora apreciable en el rendimiento de los estudiantes:
- Los resultados de los alumnos de trece años en matemáticas y lectura son los más bajos en décadas.
- Seis de cada diez alumnos de cuarto curso y casi tres cuartas partes de los de octavo no obtienen buenos resultados en matemáticas.
- Siete de cada diez alumnos de cuarto y octavo curso no obtienen buenos resultados en lectura, y 40 alumnos % de cuarto curso ni siquiera alcanzan los niveles básicos de lectura.
- Los resultados de los exámenes estandarizados no han cambiado desde hace décadas.
- Los estudiantes estadounidenses ocupan el puesto 28 de 37 países de la OCDE en matemáticas.
El presidente Donald J. Trump y su administración creen que podemos y debemos hacerlo mejor.
En lugar de mantener el statu quo que conduce al fracaso de los estudiantes estadounidenses, la administración Trump devolverá el audaz plan de educación a donde pertenece: a los estados individuales que están mejor posicionados para administrar programas y servicios efectivos que beneficien a sus propias poblaciones y necesidades únicas.
En lugar de un sistema federal abrumador que carga a las escuelas con regulaciones y papeleo, la administración Trump cree que los estados deben tener el poder de ampliar la libertad educativa y las oportunidades para todas las familias.
¿Por qué debemos hacer lo mismo una y otra vez y esperar un resultado diferente?
DEVOLVER LA EDUCACIÓN A LOS PADRES Y LAS COMUNIDADES: Trump firmó una orden ejecutiva que devuelve el poder sobre la educación a las familias en lugar de a la burocracia.
- La Orden Ejecutiva ordena al Secretario de Educación que tome todas las medidas necesarias para facilitar el cierre del Departamento de Educación y la devolución de la autoridad educativa a los estados, sin dejar de garantizar la prestación eficaz e ininterrumpida de los servicios, programas y prestaciones de los que dependen los estadounidenses.
- La orden también obliga a que los programas o actividades que reciban el resto de los fondos del Departamento de Educación no promuevan la DEI ni la ideología de género.
casa blanca/ gnews.cz - RoZ