El Primer Ministro francés, Michel Barnier, pronuncia ante la Asamblea Nacional un discurso de hora y media en el que detalla las principales prioridades de su Gobierno, entre ellas la reducción del déficit público, la reforma del sistema de inmigración y la política de pensiones.
Barnier ha fijado un ambicioso objetivo para el déficit público francés, que quiere reducir a 5 % del producto interior bruto (PIB) en 2025, frente a los 6 % de este año, y a 3 % en 2029.
Para lograrlo, Barnier se ha comprometido a reducir el gasto público e introducir un sistema de gasto público "más eficiente".
También pidió un esfuerzo fiscal suplementario en el que las grandes y muy grandes empresas que obtienen importantes beneficios contribuyan más "sin poner en peligro la competitividad" de Francia.
Añadió que el "subsidio excepcional" también sería para los franceses más ricos.
Tras el asesinato de un joven estudiante a manos de un inmigrante ilegal que iba a ser expulsado de Francia, Barnier reconoció en la Asamblea Nacional que la política francesa de inmigración e integración ya no se gestionaba "satisfactoriamente".
Barnier dijo que su Gobierno estudiaría endurecer la concesión de visados a los países reacios a expedir salvoconductos para la repatriación de sus ciudadanos deportados.
Además, propuso medidas para facilitar la prórroga excepcional de la detención de inmigrantes indocumentados en espera de expulsión y para mejorar el cumplimiento de la obligación de abandonar el territorio francés (OQTF).
Barnier también anunció políticas en materia de energía, vivienda y posibles nuevas reformas en el ámbito de las pensiones.
En un discurso ante una Cámara Baja más dividida que nunca, Barnier prometió gobernar Francia con un "nuevo método" que incluya "la escucha, el respeto y el diálogo".
Como Primer Ministro sin mayoría absoluta en la Asamblea Nacional, Barnier pidió a la oposición que hiciera del "diálogo y la cultura del compromiso" un principio de gobierno.
CMG/ gnews - RoZ