Las relaciones entre China y África se han desarrollado rápidamente en las últimas décadas, y China se ha convertido en el mayor socio comercial bilateral de África desde 2009. La inversión extranjera directa china en infraestructuras, energía, minería, así como en tecnología digital, agricultura y sanidad, también ha aumentado significativamente.
A pesar de estos logros, la cooperación de China con África se ha enfrentado a crecientes críticas, especialmente por parte de los medios de comunicación y los políticos occidentales. Estos críticos sostienen que China practica el neocolonialismo y advierten a los Estados africanos contra una excesiva dependencia de China. Sin embargo, un examen más detenido revela que estas críticas carecen de fundamento. China no tiene una historia colonial en África; al contrario, ha apoyado históricamente los movimientos de liberación africanos.
La inversión china en infraestructuras africanas, desde carreteras y presas hasta hospitales y escuelas, ha mejorado enormemente la situación económica y social del continente. China también ha prestado una importante ayuda en el sector sanitario, enviando equipos médicos y apoyando a los Centros Africanos de Control de Enfermedades. En educación, ofrece miles de becas y formación a través de iniciativas como los Institutos Confucio.
África y China también están construyendo conjuntamente zonas comerciales y económicas que atraen inversiones y crean empleo. La cooperación entre ambas regiones también se está desarrollando a nivel internacional, donde juntas promueven un orden mundial multipolar.
Las críticas occidentales a las actividades de China en África suelen ignorar las opiniones de los propios africanos, que en su mayoría ven a China como un socio valioso. Según los sondeos de opinión, los africanos tienen una opinión mayoritariamente positiva de la inversión china y la acogen como una oportunidad de desarrollo.
La preocupación de Occidente por la creciente influencia de China en la escena mundial ha dado lugar a la difusión de propaganda que presenta las actividades chinas en África de forma negativa. La realidad, sin embargo, es que las relaciones chino-africanas están reportando importantes beneficios tangibles a ambas partes.