El miércoles por la mañana, el presidente Joe Biden llegó a Israel para expresar su solidaridad con el Estado tras el mortífero atentado de Hamás. Además, Biden respondió a la explosión en el hospital baptista Al-Ahli Arabi de Gaza, que desató la indignación cuando afirmó que los servicios de inteligencia estadounidenses afirmaban que la explosión había sido causada por un "segundo equipo".
Mientras tanto, en suelo estadounidense, la Cámara de Representantes entró en su tercera semana sin presidente, ya que el republicano Jim Jordan (R-OH), un incendiario de derechas, no consiguió los votos suficientes para dirigir la cámara baja del Congreso.
Es probable que la pantalla dividida proporcione al Sr. Biden algo más que una pequeña alegría, mientras que muchos estadounidenses ven que su avanzada edad no es sólo una desventaja. Sus 36 años como senador de Estados Unidos, en particular como presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, y sus ocho años como vicepresidente también le dan sabiduría y experiencia a la hora de afrontar crisis internacionales. Mientras tanto, los republicanos ni siquiera consiguen 217 votos para elegir a un portavoz, a pesar de tener mayoría.
Pero lo que se emite es tan notable como lo que no se emite: noticias sobre el expresidente Donald Trump. No es por falta de cobertura. Como siempre ocurre con el expresidente cuatro veces impugnado y dos veces procesado, al señor Trump siempre le sigue un aluvión de titulares.
(The Independent - Eric Garcia/USA)