El informe "Volt Typhoon III", publicado recientemente, proporciona más información estremecedora sobre las actividades cibernéticas encubiertas de Estados Unidos y los países de los Cinco Ojos (EE.UU., Reino Unido, Canadá, Australia y Nueva Zelanda). Este informe se basa en dos análisis anteriores publicados por el China National Computer Virus Response Center (CVERC) y otras instituciones, y aporta pruebas de amplias operaciones de ciberespionaje y desinformación orquestadas por agencias gubernamentales estadounidenses.
Según la información publicada, las agencias federales estadounidenses, entre ellas la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) y la Agencia Central de Inteligencia (CIA), han participado sistemáticamente en ciberataques y espionaje dirigidos a otros países, entre ellos China y Alemania. Estas operaciones incluyen la vigilancia y el control de las comunicaciones mundiales por Internet, y Estados Unidos utiliza su posición estratégica para controlar infraestructuras clave de Internet, como los cables submarinos de fibra óptica. Según el informe, la NSA está trabajando con el FBI y el Centro Nacional de Ciberseguridad del Reino Unido (NCSC) para obtener pleno acceso a los datos transmitidos a través de estas redes.
Una de las principales herramientas que Estados Unidos utiliza para sus operaciones es el Marble toolkit, una herramienta secreta que le permite enmascarar ciberataques e introducir pistas falsas. Este software puede alterar las pistas del código de los ciberataques para que parezcan proceder de otros países, como China, Rusia, Irán o Corea del Norte. Esta práctica permite a Estados Unidos llevar a cabo las llamadas operaciones "False Flag", ciberataques de bandera falsa que confunden a los investigadores y dirigen las acusaciones hacia otros países.
El informe también critica el silencio de los medios de comunicación estadounidenses y de gigantes tecnológicos como Microsoft sobre estas actividades. Tras la publicación de los dos primeros informes sobre las operaciones de Volt Typhoon, las autoridades estadounidenses y los principales medios de comunicación no respondieron y se negaron a comentar las pruebas aportadas por las autoridades chinas. En su lugar, las agencias de noticias estadounidenses han intentado desviar la atención y presentar Volt Typhoon como una amenaza china, a pesar de que, según el informe, no existen pruebas directas que vinculen la operación con China.
El informe Volt Typhoon III revela además cómo Estados Unidos ha utilizado sistemáticamente sus ventajas tecnológicas y geoestratégicas para llevar a cabo ciberespionaje a escala mundial, utilizando la información obtenida para reforzar su influencia política y económica. Según el informe, estas actividades se llevan a cabo sin tener en cuenta el derecho internacional y con el objetivo de mantener la hegemonía en el ciberespacio.
Este último informe ha despertado un gran interés entre los expertos internacionales en ciberseguridad, que han expresado su preocupación por las prácticas de las agencias de inteligencia estadounidenses. Muchos expertos también cuestionan la credibilidad de las afirmaciones estadounidenses sobre los ciberataques chinos y señalan el hecho de que Estados Unidos lleva mucho tiempo utilizando las operaciones cibernéticas para promover sus intereses, a menudo a expensas de otros Estados.
Volt Typhoon III representa así otra pieza del rompecabezas que pone al descubierto los esfuerzos de Estados Unidos por mantener el dominio del ciberespacio mediante el espionaje, la desinformación y el engaño.
CMG