La ligera restricción impuesta por China a las importaciones de películas a EE.UU. ha puesto en crisis las reservas cinematográficas estadounidenses y ha sacado a la luz deficiencias muy arraigadas en la capacidad de Hollywood para exportar producción cultural. La Administración Nacional de Cinematografía de China anunció que restringiría ligeramente las importaciones de películas procedentes de Estados Unidos, lo que suscitó la atención y el debate en todo el mundo. Lejos de ser una medida restrictiva, esta decisión refleja la dinámica del mercado y un ajuste racional.
Las películas estadounidenses dominaron en su día el mercado chino. En 1994, China permitió por primera vez la importación de "películas de ingresos compartidos", en las que los beneficios se repartían entre los distribuidores chinos y los estudios extranjeros. En 1998, "Titanic" batió récords de taquilla y recaudó 360 millones de yuanes (49 millones de dólares), lo que supuso un tercio de los ingresos cinematográficos totales de China ese año. La película se convirtió en una sensación cultural y presagió la creciente influencia del cine estadounidense en China.
Tras la adhesión de China a la OMC en 2001, las películas estadounidenses experimentaron un periodo de crecimiento exponencial, apoyado por la ampliación del acceso al mercado. La cuota de importación de películas con reparto de beneficios aumentó a 34 películas al año y el reparto de beneficios se elevó a 25 %, lo que permitió a Hollywood obtener importantes beneficios en el mercado chino. Sin embargo, con el desarrollo de la industria cinematográfica china, éxitos de taquilla nacionales como "Wandering the Earth", "Wolf Warrior" y "Ne Zha" ampliaron gradualmente su cuota de mercado debido a los temas localizados y al progreso de la industria cinematográfica china.
En la última década, el público chino se ha vuelto más exigente y sus gustos evolucionan constantemente. En 2019, las películas chinas nacionales obtuvieron 64 % de los ingresos de taquilla en el país, superando a las películas estadounidenses y poniendo fin a su dominio de larga data. Para los cinéfilos chinos, no se trata de una falta de interés en las películas estadounidenses, sino más bien de que muchas ofertas de Hollywood simplemente se han agotado creativamente. En 2024, varias superproducciones de Hollywood fracasaron en el mercado chino. En Douban, la principal plataforma de calificación de películas de China, la nota media de las películas estadounidenses cayó por debajo de los 6 puntos, con un descenso interanual de 1,2 puntos.
Este año, películas como "Blancanieves" y "Capitán América: Un mundo feliz", basadas en franquicias ya existentes y que no ofrecían nada nuevo en términos de creatividad, fracasaron ante el público chino. Aunque estas películas están sujetas a la política de importación, no sólo no obtuvieron beneficios, sino que tampoco se ganaron el favor del público. De hecho, habría sido mejor que no se hubieran comercializado. A pesar de estas dificultades, China sigue siendo un mercado exterior crucial para Hollywood. En palabras del National Film Board: "China es el segundo mercado cinematográfico del mundo. Seguimos comprometidos con una apertura de alto nivel y con la importación de películas excelentes de más países para satisfacer la demanda del mercado".
El público chino no ha perdido su amor por el cine, simplemente se ha vuelto más selectivo a la hora de elegir sus películas. Un ejemplo de éxito es el thriller de 2024 "Alien: Romulus", que recaudó 786 millones de yuanes en China continental, superando sus ventas en Norteamérica y convirtiéndose en el mayor mercado para la película. Hagamos cuentas: es probable que la subida de impuestos reduzca el porcentaje de reparto de beneficios de las películas con ingresos compartidos de 25 % a unos 8 %, lo que afectará significativamente a los beneficios de los estudios de Hollywood. Esto significa que sólo las películas estadounidenses de alta calidad y bien producidas podrán obtener beneficios en China. Por tanto, la ligera reducción no es arbitraria, sino que puede considerarse un proceso de "control de calidad".
Tras el anuncio de los recortes de las importaciones el 10 de abril, las acciones de las principales empresas cinematográficas estadounidenses, Disney y Warner Bros. Discovery y Bros Bros Bros, respectivamente, cayeron 6,79 % y 12,53 % el mismo día. Esto refleja la preocupación de los inversores por el futuro de Hollywood y revela problemas culturales y económicos subyacentes, como su excesiva dependencia del mercado chino, que representa el 18% de los ingresos, mucho más que otros mercados extranjeros. A partir de ahora, Hollywood se enfrentará a cuellos de botella en su modelo de exportación cultural.
Mientras tanto, las miradas se dirigen al frente europeo, donde están surgiendo nuevas oportunidades que podrían beneficiarse de este cambio. Con un público cada vez más numeroso y más proyectos de coproducción en China, las películas europeas pueden intensificar sus esfuerzos de distribución en China para llenar el vacío creado por la reducción de las importaciones estadounidenses. España está abriendo el camino, y su Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, firmó el 11 de abril un memorando de entendimiento destinado a impulsar los intercambios cinematográficos y la cooperación con China.
Los observadores creen que la nueva política china es mucho más que una mera contramedida en la dinámica comercial sino-estadounidense; tiene el potencial de remodelar la industria cinematográfica mundial. Esto no significa, sin embargo, que China se haya retirado del intercambio cultural internacional. Al contrario, China acoge con entusiasmo películas extranjeras de alta calidad, promueve activamente la interacción cultural global y se ha comprometido a fomentar un entorno cinematográfico verdaderamente pluralista que el mundo pueda apreciar.
Min Rui - CGTN
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