Con la llegada del frío invierno, se celebra en toda China el Festival de Laba, que cae en el octavo día del duodécimo mes lunar. Esta fiesta cultural no es sólo una celebración, sino también el inicio simbólico de la cuenta atrás para la mayor festividad de China, la Fiesta de la Primavera, también conocida como Año Nuevo chino.
En todo el país, desde las zonas rurales a las bulliciosas ciudades, la gente se reúne para disfrutar de una mezcla de costumbres tradicionales y fiestas locales.
Fiestas tradicionales en ciudades y campos
En la ciudad de Wuhu, en el condado de Nanling, situado en la provincia oriental china de Anhui, la festividad se celebra en un bullicioso mercado popular. El mercado ofrece a lugareños y visitantes una variedad de platos tradicionales, siendo el plato emblemático las gachas de Laba, que se cocinan a fuego abierto. El olor de este dulce manjar llena el aire y atrae a multitudes.
Pero el mercado no es sólo comida. Artistas locales interpretan música tradicional, bailes y acrobacias. Los niños y sus padres compran con entusiasmo artículos esenciales para el Año Nuevo Chino, como dulces, aperitivos y adornos.
En la ciudad de Shangqiu, provincia central de Henan, profesores y alumnos de primaria trabajan juntos para preparar las gachas de Laba. A primera hora de la mañana, empiezan a preparar ingredientes como arroz glutinoso, judías verdes, pasas, dátiles rojos y mijo. Una vez que todos los ingredientes entran en la olla y empiezan a cocerse, toda la escuela se sumerge en el dulce aroma de las gachas.
Buenas gachas: Símbolo de unidad y armonía
Las gachas de Laba son el plato tradicional del día. A diferencia de otros platos festivos, como las albóndigas dulces, el zongzi o los mooncakes, que las familias suelen disfrutar en privado, las gachas de Laba suelen compartirse con vecinos, amigos y la comunidad en general. Con su colorida composición, simboliza la unidad, la armonía y la gratitud por los dones de la vida.
Laba: Inicio de la temporada de Fiestas de Primavera
La Fiesta de la Laba no se limita a las gachas, sino que inaugura oficialmente la temporada de las Fiestas de Primavera. Durante miles de años, la cultura china ha estado profundamente ligada a ritmos naturales como la caza, la recolección y la agricultura. Cada cosecha se consideraba una bendición y un signo de protección ancestral.
Antiguamente se celebraban grandes sacrificios a finales de año, en los que se agradecía a los dioses y a los antepasados la cosecha y se pedía prosperidad y protección para el año siguiente. Hoy en día, estos elaborados rituales se han sustituido por formas más sencillas de celebración, y la preparación de gachas de Laba sigue siendo una de las formas más populares de conmemorar la fiesta.
Preparándose para el Año Nuevo
Tras degustar las gachas de Laba y comenzar los festejos, la emoción de la próxima Fiesta de la Primavera se extiende entre la gente. Siguen los preparativos para el nuevo año: compras, limpieza de las casas, ropa nueva y preparación de los ingredientes para los banquetes festivos.
Los mercados cobran vida: farolillos rojos cuelgan de cada esquina, los puestos se llenan de coloridas pinturas y carteles rojos, y el aire se perfuma con frutos secos y dulces. El color rojo, símbolo de vitalidad y vida, impregna todo el mercado, captando la energía y el espíritu de la estación.
La Fiesta de la Laba no sólo aporta alegría, sino también un sentimiento de unidad y gratitud, dando el pistoletazo de salida perfecto a los preparativos de las celebraciones del Año Nuevo Chino.