Las cebollas son excelentes en ensaladas y fritas como guarnición, pero mucha gente no las echa de menos como remedio natural que no debe faltar en ningún hogar. La cebolla es un remedio natural muy versátil, que contiene muchas sustancias antisépticas y antibióticas debido a su alto contenido en azufre. Éstas ayudan al organismo a combatir los radicales libres causantes de enfermedades crónicas como el cáncer. La cebolla refuerza la inmunidad, detiene los vómitos, cura las enfermedades respiratorias y ayuda a tratar la diabetes, los problemas cardiacos, a reducir el colesterol y la artritis. Los nativos americanos han utilizado la cebolla para tratar los resfriados y la gripe. Incluso la Organización Mundial de la Salud considera la cebolla beneficiosa para la salud y reconoce que alivia las infecciones respiratorias, la bronquitis, la tos y el estreñimiento.
¿Para qué puedo utilizar las cebollas y cómo?
Tos
Pela la cebolla y córtala por la mitad, pon una cucharada de azúcar moreno en cada parte y tápala durante una hora; la cebolla soltará su jugo y se formará un jarabe. Para librarte de la tos, bebe este jarabe a cucharadas al menos dos veces al día. El azufre de la cebolla tiene propiedades antibacterianas que matan los gérmenes causantes de la tos.
El azufre que contienen las cebollas también actúa como agente desintoxicante que libera toxinas del organismo. Sus propiedades antiinflamatorias reducen el dolor y la inflamación que se producen con la tos.
Lucha contra la caída del cabello
Hierve un poco de agua con cebollas y utiliza este líquido para enjuagarte el pelo antes de usar champú. Esto te ayudará a combatir la caída del cabello. Las propiedades antimicrobianas detendrán la formación de caspa, mientras que los antioxidantes no sólo evitarán la caída del cabello, sino que favorecerán el crecimiento de un pelo más grueso y fuerte.
Liberación de la congestión torácica
Tritura la cebolla, añade el aceite de coco y haz una pasta con la mezcla. Frota la pasta sobre el pecho y cúbrelo con una toalla. La cebolla actúa como antibiótico natural y refuerza el sistema inmunitario. Los vapores que segrega la cebolla también actúan como expectorante, lo que afloja la mucosidad del pecho que provoca la tos.
Calmar a un niño con cólicos
Para calmar a un bebé con cólicos, dale una cucharadita de té de cebolla cada hora hasta que se calme. La cebolla tiene propiedades que relajan los músculos, fortalecen el estómago y regulan la digestión. Hierve cebollas amarillas picadas en un poco de agua y deja que se enfríen antes de colarlas.
Calmar las picaduras de insectos
Coloca un trozo de cebolla o aplica un poco de zumo de cebolla fresca en el lugar de la picadura del insecto para aliviarla. Las propiedades antiinflamatorias de la cebolla reducirán la inflamación y la molesta sensación de picor.
Infecciones de oído
Introduce las cebollas picadas en un calcetín fino y átalo. Coloca el calcetín sobre la oreja y sujétalo con el gorro. Déjatelo puesto hasta que cese el dolor.
Heridas incisionales
Aplica la cebolla en rodajas sobre la herida cortada. Actuará como un agente antiséptico que detendrá rápidamente la hemorragia. Las propiedades antibióticas y antiinflamatorias ayudarán a cicatrizar la herida, mientras que las propiedades antimicrobianas prevendrán la infección.
Calmar el dolor de garganta
Hacer una decocción de pieles de cebolla. Bebe un poco y haz gárgaras. Si el sabor es insoportable, puedes añadir un poco de limón y miel. Las propiedades antiinflamatorias de la cebolla reducen el dolor y la inflamación de la garganta.
Vómitos
Ralla la cebolla y exprímela en un paño u otra tela fina para recoger el jugo de cebolla. Prepara un té de menta y déjalo enfriar. Bebe dos cucharaditas de jugo de cebolla y espera cinco minutos. A continuación, bebe dos cucharaditas de té de menta. Repite esta operación hasta que dejes de vomitar.
Depuración del aire
Las cebollas limpian el aire aspirando y absorbiendo las bacterias y los virus del aire.
Tratamiento de quemaduras solares o leves
Frotar suavemente la quemadura con cebollas frescas para prevenir la infección. Los compuestos de azufre aceleran rápidamente la regeneración de la piel y reducen el ardor y el enrojecimiento.
Fiebre
Corta unas rodajas finas de cebolla. Aplícate un poco de aceite de coco en la planta de los pies y ponte rodajas finas en el arco de cada pie. Envuélvete los pies en film transparente y cúbrelos con un calcetín. La cebolla extraerá toxinas, bacterias y enfermedades de tu cuerpo durante la noche.
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