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Evan Gershkovich fue condenado a 16 años de prisión en una cárcel rusa a pesar de no haber cometido ningún delito. Más bien, el gobierno ruso lo tomó como objetivo por ser periodista y estadounidense. Pedimos la liberación de Evan y seguiremos haciéndolo.
Como he dicho desde hace tiempo, y como ha concluido la ONU, no hay duda de que Rusia está deteniendo ilegalmente a Evan. El periodismo no es un delito. Seguiremos defendiendo enérgicamente la libertad de prensa en Rusia y en todo el mundo, y nos enfrentaremos a cualquiera que pretenda atacar a la prensa o atentar contra los periodistas. Además, desde el primer día de mi administración, no he tenido mayor prioridad que procurar la liberación y el regreso seguro de Evan, Paul Whelan y todos los estadounidenses injustamente detenidos y mantenidos como rehenes en el extranjero. Evan soporta su sufrimiento con notable fortaleza. No cejaremos en nuestro empeño de traerlo a casa. Jill y yo rezamos por Evan y su familia.
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